Conocer a Dios desde una perspectiva bíblica es una experiencia única y transformadora que nos lleva a una relación personal con nuestro Creador. La Biblia nos muestra que la clave para conocer a Dios es a través de Jesucristo, quien dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).

El apóstol Pablo también habla de conocer a Dios de una manera más profunda en su carta a los Filipenses: “Y ciertamente, todo lo considero como pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo considero como estiércol para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios por la fe” (Filipenses 3:8-9).
Para conocer a Dios de manera más profunda, es necesario buscarlo con todo nuestro corazón, como se nos dice en Jeremías 29:13: “Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón”. Esto significa que debemos estar dispuestos a poner a un lado nuestros propios deseos y ambiciones y enfocarnos en la voluntad de Dios para nuestras vidas.
La oración también es un elemento clave en la búsqueda de conocer a Dios. En Mateo 6:6, Jesús nos enseña a orar en secreto, diciendo: “Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, cierra tu puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público”.
En resumen, conocer a Dios desde una perspectiva bíblica es posible a través de Jesucristo, la fe, la búsqueda de todo corazón y la oración. Debemos estar dispuestos a poner a un lado nuestros propios deseos y ambiciones y buscar la voluntad de Dios para nuestras vidas. La recompensa será una relación personal con nuestro Creador y una vida transformada por su amor y gracia.
Para más información consulta estas páginas, Iglesia Bautista Agua viva